Cambio en el Mercado de Crédito

El panorama de las finanzas apalancadas ha experimentado transformaciones significativas en las últimas décadas. Lo que en un principio estuvo dominado por los bonos de alto rendimiento (bonos basura), y luego por préstamos apalancados que alimentaban el capital privado, hoy está siendo moldeado por el crédito privado. Desde 2020, los fondos de crédito privado han recaudado más de un billón de dólares, consolidándose como prestamistas clave ante la retirada de los bancos tradicionales de la suscripción de préstamos riesgosos. Sin embargo, a medida que la competencia por los acuerdos se intensifica y se amplían las opciones de refinanciación, la era dorada del crédito privado podría estar llegando a su punto máximo.

Este cambio tiene importantes implicaciones para las fusiones y adquisiciones (M&A, por sus siglas en inglés). En los últimos años, el crédito privado ha sido fundamental para financiar operaciones de M&A, ofreciendo flexibilidad y certeza en acuerdos complejos. Dado que las tasas de interés se mantienen elevadas y los bancos reingresan con cautela al mercado de préstamos, la actividad de M&A podría depender cada vez más de modelos híbridos de financiamiento, que combinan capital privado y público. Esta transición está redefiniendo la negociación corporativa, obligando a inversores y prestatarios a replantear sus estrategias.

El Rol Cambiante del Crédito Privado

En sus inicios, el crédito privado atrajo a prestatarios al ofrecer soluciones de financiamiento personalizadas con una ejecución más rápida que la de los bancos tradicionales. No obstante, a medida que cambian las condiciones del mercado, su ventaja competitiva se está reduciendo. Analistas de JPMorgan Chase estiman que más de 13.000 millones de dólares en préstamos privados ya han sido refinanciados en los mercados públicos este año, lo que ha permitido a los prestatarios ahorrar en promedio 1,6 puntos porcentuales en tasas de interés.

Además, las firmas de capital privado enfrentan nuevos desafíos. Muchos fondos dudan en vender los activos que adquirieron durante la era de bajas tasas, por temor a valoraciones depreciadas. Según Bain & Company, el 38 % de los inversores no espera una recuperación significativa en las transacciones antes del próximo año. Con menos adquisiciones, las firmas de crédito privado se ven obligadas a competir agresivamente, reduciendo tasas de interés y flexibilizando los términos de los préstamos.

Difuminando la Línea entre Préstamos Públicos y Privados

Mientras algunos sostienen que el crédito privado prospera cuando los bancos tradicionales se retiran, otros creen que los prestatarios buscarán cada vez más refinanciarse en los mercados públicos cuando mejoren las condiciones. El resultado más probable es una convergencia entre los préstamos públicos y privados, reduciendo las ventajas únicas del crédito privado.

Esta evolución refleja cambios previos en las finanzas apalancadas. Tras la crisis financiera de 2007-2009, los préstamos apalancados se estandarizaron en mayor medida, perdiendo muchas protecciones clave para los prestamistas. Una tendencia similar se está manifestando ahora en el crédito privado. Moody’s informa que los “convenios de mantenimiento”—que obligan a los prestatarios a mantener una proporción mínima entre beneficios y deuda—están desapareciendo en los acuerdos de crédito privado de mayor tamaño.

La Próxima Frontera: Mercados de Crédito Especializados

A medida que el financiamiento tradicional de adquisiciones deja de ser tan rentable, el dinero inteligente del crédito privado está cambiando de rumbo. En lugar de financiar operaciones de M&A, los inversores están migrando hacia el crédito estructurado, que incluye:

  • Crédito al consumidor (por ejemplo, préstamos con tarjeta de crédito)
  • Financiamiento de cadenas de suministro
  • Deuda vinculada a seguros de vida

Esta diversificación está transformando el rol del crédito privado. Algunos bancos incluso están asociándose con gestores de activos para descargar carteras de préstamos, transfiriendo el riesgo a prestamistas privados. Aunque esta expansión mejora la eficiencia del mercado, también atrae la atención de los reguladores. Si los fondos de crédito privado continúan absorbiendo activos del sistema bancario tradicional, podrían enfrentarse a regulaciones similares a las de los bancos, lo que alteraría profundamente la trayectoria de la industria.

El Futuro de las Finanzas Apalancadas

El auge del crédito privado no ha terminado, pero está evolucionando. Aunque la era dorada de beneficios fáciles podría estar desvaneciéndose, están surgiendo nuevas oportunidades en el crédito estructurado y los préstamos alternativos. Las transacciones de M&A probablemente dependerán de una combinación de financiamiento privado y público, a medida que las empresas se adapten a las condiciones cambiantes del mercado.

Para los inversores y prestatarios, la pregunta clave sigue siendo: ¿podrá el crédito privado mantener su dominio en un entorno financiero en transformación o se enfrentará a una inevitable «edad de hierro» de regulación creciente y márgenes menguantes?