Uno de los privilegios de nuestro trabajo es conocer íntimamente a empresarios de gran éxito y creo que hay cuatro factores que los hacen ser diferentes: conocen cuál es su motivación más íntima, están cómodos en el error, mantienen siempre una sana ambición y quieren aprender constantemente.

La motivación intrínseca es el por qué eligieron ese enfoque vital tan duro.

Este conocimiento da la motivación para continuar, para no distraerse y seguir enfocado, así como el irse adaptando en cada momento a las nuevas circunstancias. Amancio Ortega, fundador de Inditex, tiene claro que su origen fue cuando le negaron a su madre más crédito: él es una persona humilde que quiere ayudar a la gente menos afortunada. Esta motivación se logra por el mismo trabajo en sí y no por factores externos como premios o un barco más grande.

La fuerza de voluntad trata de seguir insistiendo hasta lograr el objetivo, asumiendo que se pueden cometer errores y aprendiendo constantemente de estos.

En este sentido, cada persona tiene unas horas donde está más clarividente para reflexionar y quizás no es a primera hora de la mañana sino después de comer; también escucha a personas con criterio y hace su personal brain storming posterior. Isidro Fainé, presidente de la Fundación La Caixa, tiene sus momentos de soledad diarios y supo confiar en cada momento en personas anónimas, pero de gran experiencia concreta y valía personal.

Continuar siempre con las ideas iniciales, teniendo una sana ambición.

Uno debe de salir de la zona de confort, incluso hasta el punto de crearse competencia si no la hay. Rafael Domínguez de Gor, fundador de Mayoral, enseñaba la fábrica y los trucos de productividad a sus competidores españoles para así continuar esforzándose y seguir reduciendo sus costes al máximo para trasladarlos todos al precio de venta y, a la vez, poder ser competitivo internacionalmente.

Querer aprender constantemente.

Una actitud de estar atentos, vigilantes, saber establecer conexiones que la gran mayoría de personas no vemos, conocer personas interesantes que ofrecen proyectos o ideas nuevas, rodearse de gente que saben más que él mismo en determinados temas, etc. Carlos Slim, fundador del Grupo Carso, cada día despacha con su equipo más cercano y una vez a la semana con todos los directivos durante varias horas para que así puedan crearse conocimientos mutuos de tal manera que ha ido mudando las actividades de su holding constantemente y con éxito.

 

Artículo escrito por Josep M. Romances