¿Cómo surge la idea?

Los primeros pasos

Josep Maria Romances, Fundador (2010-2012) y actual presidente del Consejo Asesor

 

La idea fundacional de ACG Barcelona nació en mayo de 2010 en el restaurante Lacroix de Filadelfia. La iniciativa surgió de Patrick Hurley, presidente mundial entonces de ACG y partner mío allí, a quien le comenté la venta de Closa a EBN, para ese mes de julio. Patrick me recomendó que abriera un chapter de ACG en España para seguir vinculado con lo que había sido mi vida.

Animado por la experiencia de mi socio Maarten Wolleswinkel en Holanda, diseñé un primer Business Plan en una hoja, que compartí con mis amigos Jordi Moral (Europastry) y Sergio Sánchez Solé (Garrigues). Posteriormente, planteé la idea a Santiago Simón (ESADE) y Miguel Ángel Luna (Banco Popular) y con este núcleo fundacional empezamos.

El círculo virtuoso

Tras largas cenas con Sergi y Jordi con final en el Nuba, forjamos el círculo virtuoso. Así, pensamos a quién visitar para que se hiciera socio, ya fuera por amistad, por ser un target o enzimas catalizadoras como Eduardo Conde, que acabaría atrayendo a muchos socios o Pere Guardiola, que lograba el restaurante más cool a precios increíbles.

A pesar de la crisis económica, queríamos una cierta calidad en los miembros y fijamos una cuota. Decidimos cobrar a los participantes a partir del segundo evento. Todavía recuerdo que el primer ponente que invitamos fue Germà Bel y acabamos a las dos de la madrugada. De aquí viene la obsesión por cumplir los horarios, que dura hasta el día de hoy. Asimismo, reflexionábamos mucho donde hacerlos, su estructura, temas, costes y precios buscando siempre la excelencia.

Esponsorización y visión europea

Fuimos buscando sponsors amigos utilizando fórmulas imaginativas, y nos planteamos el objetivo de europeizar el concepto de la asociación. Torben Lutz de JV International fue el patrocinador que nos permitió atraer a Ana Coll y dar el definitivo salto organizativo y cualitativo.

Gracias a la fundación de ACG Barcelona obtuve la Golden Medal que, según el entonces CEO de ACG Gary LaBranche, sólo podemos tenerla 50 socios en el mundo. Estos primeros pasos, sin embargo, no habrían sido posibles sin detalles inesperados que fomentaban la complicidad que se iba creando desde el primer día. Desde la comida veraniega de Carmen Mur, por ejemplo, a la sinceridad en la cena de Javier Faus.

Cada presidente, así como los compañeros de junta han ido aportando un valor grande y diferencial a la asociación, tal como se refleja en este libro. Entre todos hemos logrado los objetivos fundacionales de crear networking, estar al día, compartir best practices y generar oportunidades. Somos el mejor chapter de ACG fuera de Estados Unidos. Finalmente recompré la empresa y gracias a todos. Muchas gracias.

 

Entrada escrita por Josep María Romances en el libro de los 10 años de ACG